J:
El día siguiente después de verte, llegué a mi casa y estaba todo como lo dejamos la noche anterior...y me di cuenta, con cierto fastidio, que te echaba de menos.
El que te eche de menos desde el día siguiente en que te volví a tener es un fastidio por que no sé nunca cuando te voy a volver a ver.
Y, ahora, echo de menos acariciarte una vez más el pelo mientras estoy sentada encima tuyo en mi sofá, mirarte a los ojos de pillo que tienes, y besarte en la boca de esa manera que tanto me gusta, sonriendo entre beso y beso y disfrutándolos mientras me los das despacito y suavemente como casi todo en tí. Me dejo hacer y siento en mí tu forma de tocarme y de besarme, de hablarme mientras me miras con cierta timidez...que acompaña a la mía...haciendo que ambos nos sintamos más seguros por fin...y noto tu sabor que se mezcla con el del tabaco haciendolo aún mejor...como si le añadieses nicotina para que siga queriendo más...
En mi caso, cuando te alejas, te echo de menos...sí, pero no sólo por tus besos, eso es algo que también quiero decirte en este mail.
Y es que, aunque no lo creas, yo también leo mails tuyos ¿sabes? y en esos mails que yo me invento que tú me escribes, además de esa mirada de pillo, yo leo muchas cosas que hacen que también te eche de menos.
Por ejemplo, en uno de tus mails leí que el abrazo que me diste en mi cocina el día del "Quizá no debería decirte esto, pero me apetece verte" fue el abrazo que yo te pedí cuando estaba malita. Fue tan de sorpresa como esa visita de ese domingo. Tan de sorpresa que no supe bien que hacer con él, por que para mi fue completamente inesperado...No llegó exactamente en el momento que te lo pedí, pero llegó...de eso te encargaste tú. Y quería que supieses que sé que llegó, que no lo pierdo y que lo guardo...En ese mail, además, me dijiste de manera clara que me echase un poco al lado, sacase la mano por la ventanilla y le indicase al bólido que nos adelante y que nos deje en paz. Todo eso que yo leí en tu mail me gustó mucho.
Hay más mails que tú me escribes, como en el que me contaste tu forma de importarte y preocuparte por la gente que te importa a la que hacía referencia en un mail que te envié no hace mucho. En el mail que tú me escribiste, con tu forma de tratar a tu perro, me contaste cosas muy chulas de tí.
Otro mail, por ejemplo, es el de tu mirada tímida y tus puyas en el que me cuentas que te gusto y que te cuesta decirmelo.
Hay muchos más aunque tú no sepas que me los has escrito.
Y me quedo con que lo que tú me dices es que no me tienes que pedir los mails que te escribo por que está claro que los quieres, y quiero que tú te quedes con que yo quiero volverte a ver, por que está claro que lo quiero.
Me invento lo que no dices para que no digas otra cosa que la que yo quiero oir: que también te gusto y que, aunque sea de vez en cuando, seguirás estando.
Recordando nuestra conversación de Spiderman, el tío de Peter Parker le dice "un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Por mucho que yo no quiera, tú tienes el poder de que te eche de menos y quiero animarte a que lo utilices con responsabilidad para que, sólo si tú me echas de menos también, no me hagas echarte de menos demasiado tiempo.
Un beso,
Nela.
PD1: Este mail, como habrás visto, es súmamente cursi. Me preocupa por que no quiero, como te dije una vez, decirte más de lo que tú quieres oir. Al pedirme que te siga mandando mails según pasa el tiempo y a medida que nos vamos conociendo más, tienes que entender que mi forma de verte va evolucionando así como las cosas que quiero decirte y, hoy, lo que he querido decirte es que te echo de menos cuando no estás, por que es verdad. Yo sigo sin saber bien que hace que tú sigas estando y si tú también me echas de menos a veces a mí, pero sólo espero que mandarte mails como este no haga que te alejes...Te digo esto por que he pensado dos veces si mandartelo o no, ya que prefiero frenar en seco el tono de los mails que poner en juego tu mirada y tu estar. Una vez más me arriesgo con el convencimiento de que si te sientes incómodo me lo dirás.
PD2: Quizá yo no sepa dar masajes, pero sí sé hacer despacito unas cosquillitas suavitas en la espalda con las que te morirías. : )
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