Nunca te he escrito un mail subido de tono...si quieres, quédate conmigo en éste y vemos juntos como se me da...Hay que leerlo despacito y sin distracciones...
Esa noche de finales de noviembre hacía frío...pero ese frio no era la única razón de que caminara deprisa por Madrid. Llevaba un pañuelo color fucsia que me abrigaba el cuello y que me daba una nota de color, pero el abrigo largo y negro que se ajustaba un poco a mi cuerpo era un poco fino para la temperatura exterior. De mi boca salía vaho y se me había hecho bastante tarde. Llevaba unos guantes de cuero negro con piel suave y caliente por dentro y las manos en los bolsillos del abrigo. No veía el momento de llegar hasta donde estabas esperándome.
Comprobé que el cine estaba lleno de gente. Nuestra película empezaba en menos de cinco minutos. Por fin te vi. Tú ya me habías visto llegar casi corriendo y estabas con cara de "anda que, vaya horas" moviendo la cabeza pero sonriendo... Me disculpé apresuradamente por el frio y la prisa y te di un beso en la mejilla a modo de saludo. Me dijiste que ya habías comprado las entradas, pero que no nos daba tiempo a comprar palomitas dada la cola que había y que, si me parecía, fuésemos entrando por que la película estaba a punto de empezar.
Entramos y buscamos nuestras butacas un poco despistados por que no se veía bien. Arriba del todo, en la última fila, teníamos nuestros asientos...los anuncios ya estaban terminando y la sala estaba prácticamente llena cuando nos sentamos...se apagaron más las luces y empezó la película.
Sabías que seguía con frío y me pusiste por encima tu cazadora como arropándome, yo me quité los guantes y te cogí la mano debajo de esa manta improvisada...te gustó.
Como siempre que te cojo la mano, te la apreté un poco y te la acaricié suavito...me miraste casi serio. Así, ya más calentita y contigo al lado apenas presté atención a la película. Comprobé que tú tampoco estabas muy atento cuando, a mitad de la misma, empezaste a acariciar mi entrepierna debajo de la cazadora de manera cariñosa y suave...te miré y me estabas mirando...me acerqué y te besé con la seguridad de que nadie nos veía...
Si no me hubieras acariciado como lo hiciste te hubiese detenido medio alarmada al estar rodeados de gente...pero sabes muy bien como hacer que no pueda evitar dejarme llevar por tí cuando eres más pillo que tímido... Apoyé la cabeza en el respaldo y, cerré los ojos mientras tu mano buscaba el botón de mi pantalón. Debajo de tu cazadora, sentí como lo encontrabas, lo desabrochabas y bajabas un poco la cremallera...te acercaste a mi y me besaste...yo traté de no acelerar la respiración en medio de esa oscuridad para evitar que nos oyese alguien.
Retirando el apoya brazos que nos separaba, compartimos los dos tu cazadora para tener esa intimidad que necesitábamos...escondiéndonos debajo.
Sin contenerme, deslicé ahora yo mi mano hacia tu pantalón y notaste como te acariciaba despacito, sin prisas...Mirando a los que estaban más allá y comprobando que estaban absortos en la película, te empecé a desabrochar el cinturón y luego uno por uno los botones del pantalón lentamente e intentando no moverme mucho para no llamar la atención.
Te dejaste hacer por mi y noté sin ninguna duda como te gustaban cada vez más mis caricias por encima de tu pantalón, no pudiste controlar las ganas de meter la mano por debajo de mi camisa y encontraste mi pecho que acariciaste serio bajando luego la mano cada vez más...tus dedos llegaron donde querías y se humedecieron, mi respiración casi parecía que quería delatarnos...mi mano sobre tu ropa interior hizo que fueses tú quien en esos momentos cerraras los ojos dejándote llevar.
Sin poder bajarte los pantalones bien, sólo pude introducir lo justo la mano...lo justo para que pudiese sentir tu erección cada vez mayor...Mientras te sujetaba suave pero firmemente, te acercaste mucho a mi cuello como suplicando que no parase...no paré y te confesé al oído las ganas que tenía de sentarme encima tuyo para que me acariciases, me quitaras el sujetador y me besases el pecho...eso hizo que ya no pudieras más, apoyases tu cabeza en el respaldo e intentases ahogar un pequeño gemido sin conseguirlo del todo...ahora fui yo quien notó tu humedad y quien no pudo controlar ese gemido.
Sonó la música del final de la película.
Un beso de los especiales, sabes que nos queda pendiente un cine.
Nela
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