La calle estaba repleta de gente que no se miraba entre sí. Ese día me había sentado en uno de los bancos que había, en un intento de detener un poco el tiempo y pensar. Me encendí un cigarro y me propuse ordenar ideas mientras veía pasar a toda esa gente.
En un lapso de tiempo no demasiado largo un chico me pidió fuego, una señora me preguntó por una calle y un señor mayor se sentó a mi lado dándome los buenos días para al poco levantarse con dificultad.
Mientras fumaba y veía pasar a toda esa gente me puse a pensar en el último año...
Para intentar resumirtelo mucho, te diré que mi ex tenía alma de político y eso, tal y como él quería, acabó siendo su profesión. Recuerdo interminables cenas con gente que acaba de conocer del mundo del periodismo y la política...gente que mi ex metía en nuestra vida como si fuesen amigos de toda la vida y que, luego, se esfumaban una y otra vez.
A mi eso no me gustaba, yo prefería una vida más pequeña, más tranquila y donde la gente, los amigos, no fueran de paso como en la suya. Yo no entendía ese mundo donde los "amigos" lo eran por interés y no llegaba nunca a encajar en todas esas relaciones que me eran totalmente ajenas por mucho que lo intenté por él. Al final esas dos formas de ver la vida, hicieron que nuestra relación se acabase y los dos estuvimos de acuerdo.
En esas estaba yo cuando, aterrizando con mucha curiosidad en esa nueva vida que se me había presentado, entré en el mundo de internet, mundo que yo, hasta ese momento, desconocía por completo.
Para mí esto de "ligar" era completamente nuevo, me divertía y me dejé llevar entre piropo y piropo, entre conversación vía chat y dos besos antes de, dependiendo del caso, muchos otros besos. Era lo que, en ese momento, necesitaba y no me arrepiento de ninguno de ellos.
Pero sucedió algo importante. Así, sin buscarlo, apareciste tú.
Tú no eras como éramos todos por ahí. No seguías las conversaciones de la misma forma...Para mí se convirtió en un reto saber que estabas buscando, ¿por qué estabas en internet y por qué no seguías las mismas reglas que todo el mundo?
Cuando yo trataba de mantener las conversaciones que mantenía con otra gente tú no me seguías, cuando otros me decían las ganas que me tenían, tú me decías que si había cenado y que qué me iba a preparar, cuando cualquiera hubiera seguido divirtiéndose conmigo de una manera superficial, tú desaparecías..., cuanto más quería quitarle hierro e importancia a nuestros diálogos en un intento de no agobiarte, más te alejabas.
No quería, según pasaban los días, que te fueses por que, por alguna razón, me transmitías una paz indescriptible, por que contigo era todo "como tenía que ser", por que me sentía muy bien hablando contigo y por que me hacías reir. Y en un intento titánico para que siguieses ahí inventé una vez tras otra mil teorías para intentar entender tu comportamiento y que no te alejaras.
Fui superficial, por si no querías implicarte emocionalmente con nadie. También cínica, para que vieses que no necesariamente eras tan importante para mí y no te asustaras, fui despreocupada, por si veías a más gente...Equivocándome o no, fui descartando una tras otra teorías como que yo no te gustaba más que para de vez en cuando divertirte un poco, como que te apabullaba o como que estuvieses jugando conmigo.
Poco a poco fui viendo con sorpresa que, cuanto más vulnerable, cercana y sincera era, más te acercabas. Fui viendo con sorpresa que te gustaba que te dijera las cosas que te decía en mis mails. Me costaba darle a la tecla de enviar por que siempre pensaba "va a pensar que de qué voy"...pero ahí sigues, hasta donde yo sé, queriendo el siguiente.
Poco a poco fui descubriendo con sorpresa que yo te gustaba pero que te costaba decirmelo...casi como si no estuviesemos en esta época. Tímido y pillo...una combinación con la que consigues que, cada vez que te veo, quiera volverte a ver.
Y me descolocaste de tal manera que me costó mucho entender que en realidad era así tu manera de acercarte...sin ninguna prisa...dejándote llevar por mí que me equivocaba una y otra vez mientras iba intentando que no te alejaras.
Me costó muchos meses entender que yo no te daba igual.
Nunca has querido correr, casi nunca llevas la iniciativa si puedes evitarlo...solo te dejas llevar...y te asustas a veces y desapareces, pero cada vez menos. Ahora me has dicho que ya sí te fias de mi, ahora a veces eres tú el que me buscas, por que lo pasamos bien cuando hablamos y cuando nos vemos. Por que sabes que nunca voy a pedirte que estés de una forma diferente a la que tú quieras estar, que respetaré siempre que quieras alejarte. Aunque sabes bien que no quiero que lo hagas.
Hoy en día, en la época en la que todos van a un ritmo frenético, tú vas despacito regalándome tardes y noches cargadas de complicidad que hacen que me sienta bien y que te animo a que me sigas regalando.
Todo eso pensé, en ese banco del siglo de las comunicaciones, mientras pasaba toda esa gente que no se miraba entre sí.
Un beso,
Nela
domingo, 25 de octubre de 2009
Mil Novecientos Cincuenta
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario